Bancos arcoíris, menos símbolos, más hechos
2020 / 06 / 30 ( La Nueva España )
Recientemente, el Ayuntamiento de Mieres decidió pintar todos los bancos de plazas y parques con la bandera arcoíris en conmemoración por el Orgullo LGTBI.
Los símbolos son buenos, pero mucho mejor son los hechos. Izquierda Unida es un partido que no se pone colorado para juzgar a personajes históricos como Cristóbal Colón, con la mentalidad y la cultura del siglo XXI, pero han sido incapaces de censurar las actitudes homófobas de su querido Che Guevara hace menos de un siglo, ni de la persecución que sufrió el colectivo homosexual con Fidel Castro. No se han puesto colorados tampoco para acudir coaligados y formar gobierno con un partido financiado por el régimen iraní que castiga con la muerte la homosexualidad. Y por último tampoco se han puesto colorados para participar en un gobierno que propone como Fiscal General del Estado a una persona que llama “maricón” a un colega de profesión y a un compañero de Gobierno.
Pero ya no es la primera vez que en Mieres recibimos propaganda que va poco acompañada de hechos. Hace poco, aparecieron carteles en Mieres y publicidad en nuestros autobuses que rezaban “Mieres nun permite les agresiones sexistes”. ¿Qué pasa? ¿Qué en el resto de España sí se permiten? ¿Es que el malnacido que levanta la mano ya no va a poder subirla porque el Ayuntamiento ha decidido que no se permiten? Durante esta campaña, se coaligaron y formaron gobierno con el Podemos de Pablo Iglesias que azotaría hasta que sangrase a Mariló Montero, mientras aún alaban a un presidente como Rodríguez Zapatero que concendió el indulto a 16 maltratadores (Mariano Rajoy 0). Tampoco han tenido problema en pactar un gobierno con el Partido Socialista, que tuvo como Presidente del Partido en el País Vasco hasta 2014, a una persona como Jesús Eguiguren, condenado en 1992 por malos tratos hacia su mujer. Y aquí tengo que mencionar de nuevo a esa Fiscal General del Estado, que relata ser testigo de prostitución de menores y posteriormente mira a otro lado.
Volviendo al tema que nos ocupa, como liberal defiendo que a una persona hay que respetarla por el hecho de ser persona, no por su condición sexual, orientación política o característica física. No es necesario colectivizarnos, no es necesario encuadrarnos, no es necesario encasillarnos, cada individuo es libre y único, y se merece respeto por ello.
Para atajar problemas como la homofobia, el Partido Popular reformó el Código Penal en el año 2015, reforma que por cierto a la que se opuso la izquierda, e incluyó los delitos de odio, con penas entre uno y cuatro años de prisión. Para acabar de una vez con delincuentes sexuales reincidentes se estableció la Prisión Permanente Revisable, para garantizar que quien sea un peligro para la libertad sexual de las mujeres, o para la vida de cualquier persona, en caso de delitos graves, no vuelva a pisar la calle. Cuando la izquierda lo lleva al Tribunal Constitucional buscando su anulación o anuncia que en cuanto pueda la va a derogar ¿está permitiendo “les agresiones sexistes”?
El asunto de los bancos tampoco es una innovación, ya venía inventado de Oviedo. Cuando Alfredo Canteli accedió a la Alcaldía y repuso los bancos a su situación original fue tachado de homófobo, pero si la política va de símbolos y no de hechos, ¿debemos considerar a nuestro Ayuntamiento antisemita si en enero no pinta los bancos con los colores de la bandera de Israel por el Día Internacional de Conmemoración del Holocausto? ¿O debemos considerar que tienen algún prejuicio contra las personas con discapacidad por no ofrecer ningún motivo especial a los bancos en diciembre para conmemorar su día internacional? Como digo, la política de los símbolos tiene mucho peligro, y hace que una lucha contra la discriminación tenga más valor que las demás, cuando todas deberían tener el mismo.
Hemos sido arrasados por un virus, ¿y el Ayuntamiento no tiene otra ocupación que gastar dinero y personal de obras en pintar nuestros bancos con la bandera arcoíris? Seguramente en la mayoría de nuestros pueblos agradecerían ese personal para realizar desbroces, limpieza o parcheados en el asfaltado. Pero ya es cuestión de prioridades.
Víctor Ferreira
Presidente de Nuevas Generaciones del PP de Mieres